¿Sabías que la historia de la lana como textil en el hogar se remonta al 4000 a.C.?
Las ovejas lanudas fueron introducidas desde Oriente Próximo a Europa al inicio del 4.º milenio antes de nuestra era aunque el tejido de lana más antiguo que se conserva es del 1500 a. C. en Dinamarca.
Desde entonces; la lana junto con el lino y la seda han sido las fibras textiles que han vestido los hogares (en función de su capacidad económica) y a las personas que allí habitaban.
¿Quieres saber cómo se utilizaba la lana para calentar desde grandes palacios hasta casas de campo? Sigue leyendo…
Hace unos cien años las casas solían resonar con las estaciones del año a través del uso de los tejidos, como el lino, la lana o el jacquard que ayudaban a refrescar la casa en los días calurosos o a protegerla del frío invernal. Curiosamente, los portieres (cortinas para puertas), los respaldos de pared, los separadores de ambientes o los corredores tenían cabida tanto en palacios y casas señoriales como en casas de campo. ¿Quizá deberíamos recuperar estas antiguas formas de calentar o refrescar los interiores con telas?
Tapices
Los tapices son grandes telas que imitan cuadros y se cuelgan en las paredes al menos por dos razones. La primera es su valor decorativo: los tapices pueden presentar escenas o paisajes concretos. Muchos gobernantes decidieron fundar fábricas de tapices en sus cortes. No sólo adornaban las habitaciones, sino que también servían para dar calidez a los espacios. Los tapices que cubren grandes superficies de las paredes evitan que se escape el calor. Uno de los materiales más usados para su elaboración ha sido la lana.
Dosel de cama
Todos los que de niños se sintieron fascinados por el mundo de las princesas y los príncipes probablemente soñaron con una cama con dosel. Pero los doseles de cama también son útiles en la vida real. Si eran de tela gruesa como la lana, protegían del frío en invierno. En verano, los doseles confeccionados con tul permitían dormir tranquilamente, sin la molestia de moscas o mosquitos. El dosel proporcionaba intimidad y silencio, separando a la persona de su entorno a falta de un dormitorio independiente.
En algunas grandes estancias de los palacios se ponía en el centro un gran dosel (a modo de carpa) para que toda la estancia quedase reducida a un espacio más pequeño, sin corrientes de aire y con los techos más bajos; para que la estancia se calentase más rápido.
Portiere
Todavía se pueden encontrar estas cortinas gruesas, pesadas y normalmente oscuras colgadas junto a las entradas de algunos edificios públicos o cafés. Los portieres actuaban como protección adicional contra el frío; protegían la habitación del aire frío que entraba cada vez que alguien abría la puerta.
Solían ser muy populares y estar presentes en las casas normales. Las cortinas gruesas de lana eran las que mejor aislaban del frío.
¿Por qué lana?
El tejido de lana es un potente aislante. Los humanos han reconocido las capacidades aislantes de la lana de oveja desde hace más de 10.000 años. La estructura celular y química de cada una de las fibras de lana hace posible esta magia. Como las fibras de lana tienen pliegues y dobleces naturales, atrapan el aire para mantener el cuerpo caliente
Una de las principales razones por las que la lana mantiene el calor es que no aleja el calor del cuerpo. En otras palabras, la lana es mala conductora del calor. Esto puede sonar extraño, pero en realidad es bueno.
La conducción es la principal forma en que el calor se transfiere de un material a otro, y es algo de lo que eres testigo todos los días: como una sartén que conduce el calor de un hornillo. Debido a las propiedades físicas de la lana, no absorbe el calor que tu cuerpo se esfuerza tanto en producir cuando hace frío fuera. Así que tú te mantienes caliente en lugar de tu ropa. La lana es tan apreciada por su capacidad para atrapar el calor que incluso se utiliza en casas y edificios como aislante sostenible y reciclable.
Las ovejas han hecho posible el avance de las civilizaciones más allá de los trópicos gracias a su adaptabilidad y agilidad. Las ovejas nos proporcionan carne, leche y protección contra el frío, y son tan adaptables como la fibra que crean. Pueden vivir en lugares donde otros ganados no pueden vivir por falta de vegetación y agua. Durante mucho tiempo han satisfecho, y siguen haciéndolo, nuestras necesidades alimentarias y de fibra.
Así es como la historia de la lana como fibra textil en el hogar nos puede servir cómo inspiración para mantener nuestros hogares cálidos gracias a las bondades de esta maravillosa fibra.
Hilos de calidez; historia de la lana como textil en el hogar
¿Sabías que la historia de la lana como textil en el hogar se remonta al 4000 a.C.?
Las ovejas lanudas fueron introducidas desde Oriente Próximo a Europa al inicio del 4.º milenio antes de nuestra era aunque el tejido de lana más antiguo que se conserva es del 1500 a. C. en Dinamarca.
Desde entonces; la lana junto con el lino y la seda han sido las fibras textiles que han vestido los hogares (en función de su capacidad económica) y a las personas que allí habitaban.
¿Quieres saber cómo se utilizaba la lana para calentar desde grandes palacios hasta casas de campo? Sigue leyendo…
Hace unos cien años las casas solían resonar con las estaciones del año a través del uso de los tejidos, como el lino, la lana o el jacquard que ayudaban a refrescar la casa en los días calurosos o a protegerla del frío invernal. Curiosamente, los portieres (cortinas para puertas), los respaldos de pared, los separadores de ambientes o los corredores tenían cabida tanto en palacios y casas señoriales como en casas de campo. ¿Quizá deberíamos recuperar estas antiguas formas de calentar o refrescar los interiores con telas?
Tapices
Los tapices son grandes telas que imitan cuadros y se cuelgan en las paredes al menos por dos razones. La primera es su valor decorativo: los tapices pueden presentar escenas o paisajes concretos. Muchos gobernantes decidieron fundar fábricas de tapices en sus cortes. No sólo adornaban las habitaciones, sino que también servían para dar calidez a los espacios. Los tapices que cubren grandes superficies de las paredes evitan que se escape el calor. Uno de los materiales más usados para su elaboración ha sido la lana.
Dosel de cama
Todos los que de niños se sintieron fascinados por el mundo de las princesas y los príncipes probablemente soñaron con una cama con dosel. Pero los doseles de cama también son útiles en la vida real. Si eran de tela gruesa como la lana, protegían del frío en invierno. En verano, los doseles confeccionados con tul permitían dormir tranquilamente, sin la molestia de moscas o mosquitos. El dosel proporcionaba intimidad y silencio, separando a la persona de su entorno a falta de un dormitorio independiente.
En algunas grandes estancias de los palacios se ponía en el centro un gran dosel (a modo de carpa) para que toda la estancia quedase reducida a un espacio más pequeño, sin corrientes de aire y con los techos más bajos; para que la estancia se calentase más rápido.
Portiere
Todavía se pueden encontrar estas cortinas gruesas, pesadas y normalmente oscuras colgadas junto a las entradas de algunos edificios públicos o cafés. Los portieres actuaban como protección adicional contra el frío; protegían la habitación del aire frío que entraba cada vez que alguien abría la puerta.
Solían ser muy populares y estar presentes en las casas normales. Las cortinas gruesas de lana eran las que mejor aislaban del frío.
¿Por qué lana?
El tejido de lana es un potente aislante. Los humanos han reconocido las capacidades aislantes de la lana de oveja desde hace más de 10.000 años. La estructura celular y química de cada una de las fibras de lana hace posible esta magia. Como las fibras de lana tienen pliegues y dobleces naturales, atrapan el aire para mantener el cuerpo caliente
Una de las principales razones por las que la lana mantiene el calor es que no aleja el calor del cuerpo. En otras palabras, la lana es mala conductora del calor. Esto puede sonar extraño, pero en realidad es bueno.
Edredón de lana Pirilana
La conducción es la principal forma en que el calor se transfiere de un material a otro, y es algo de lo que eres testigo todos los días: como una sartén que conduce el calor de un hornillo. Debido a las propiedades físicas de la lana, no absorbe el calor que tu cuerpo se esfuerza tanto en producir cuando hace frío fuera. Así que tú te mantienes caliente en lugar de tu ropa. La lana es tan apreciada por su capacidad para atrapar el calor que incluso se utiliza en casas y edificios como aislante sostenible y reciclable.
Las ovejas han hecho posible el avance de las civilizaciones más allá de los trópicos gracias a su adaptabilidad y agilidad. Las ovejas nos proporcionan carne, leche y protección contra el frío, y son tan adaptables como la fibra que crean. Pueden vivir en lugares donde otros ganados no pueden vivir por falta de vegetación y agua. Durante mucho tiempo han satisfecho, y siguen haciéndolo, nuestras necesidades alimentarias y de fibra.
Así es como la historia de la lana como fibra textil en el hogar nos puede servir cómo inspiración para mantener nuestros hogares cálidos gracias a las bondades de esta maravillosa fibra.